Todas las aguas, sedimentos y suelos contienen cobre de forma natural: en la corteza terrestre, los océanos, los lagos y los ríos hay cobre, en algunos sitios en cantidades mínimas y en otros, en grandes yacimientos mineros. En la corteza terrestre, por ejemplo, el porcentaje medio de cobre es del 0,005%.
¿Qué pasa cuando hay déficit de cobre?
Cuando hay deficiencia de cobre en el suelo no es posible desarrollar actividades agrícolas intensivas. El cultivo de arroz y trigo (los dos alimentos principales a nivel mundial) sufre pérdidas de producción y cosechas de menor calidad cuando los niveles de cobre en los suelos son bajos.
Según el European Copper Institute, en 18 millones de hectáreas de suelos cultivados de Europa (un 19% de la tierra cultivable) hay una cantidad de cobre inferior a la necesaria. La solución suele ser abonar los suelos con fertilizantes ricos en cobre y tratarlos con sulfato de cobre. Estas técnicas, como vimos en el artículo Cómo producir más trigo con cobre, pueden aumentar notoriamente la producción.
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